Medicamentos

Aunque la mayoría de los pacientes toman prednisona y azatioprina, hay varios medicamentos que pueden probarse en caso de que estos no reduzcan las enzimas hepáticas de los pacientes.

Un esteroide de acción rápida.

Esteroides

Un esteroide de acción rápida. Los esteroides de acción rápida como la prednisona o budesonida reducen la inflamación del hígado rápidamente.

Inmunosupresores

Los inmunosupresores de largo plazo como la azatioprina previenen mayor daño al hígado y posiblemente revierten la fibrosis existente.

Tipos de medicina.
Un esteroide de acción rápida.

Los pacientes con AIH generalmente comienzan tomando un esteroide, ya sea prednisona o budesonida. La prednisona ha sido estudiada más a fondo respecto a la AIH, es más barata y más comúnmente recetada, pese a que la budesonida hoy es aprobada como un tratamiento inicial para la AIH. Muchos pacientes prefieren la budesonida porque a menudo experimentan menos efectos secundarios. La budesonida trata la inflamación hepática directamente, mientras que la prednisona afecta al cuerpo entero, provocando efectos secundarios como aumento de peso, hipercortisolismo, sueño interrumpido, retención de líquidos y niveles elevados de la glucosa. Muchos pacientes prefieren la budesonida, pero su potencialmente alto costo no siempre es cubierto por las compañías de seguro médico.

La budesonida no debería recetarse a pacientes con cirrosis porque las complicaciones de dicha condición pueden impedir que el medicamento llegue al hígado tal como debe. Además, son muy pocos los pacientes con cirrosis tomando budesonida que han experimentado trombosis de la vena porta, condición en la que se forma un coágulo en el vaso sanguíneo principal del hígado.

El uso crónico de la prednisona puede producir irritabilidad, aumento de peso, sueño interrumpido, retención de líquidos, cataratas e incluso mayor riesgo de infección, entre otros efectos secundarios.

Medicamentos de largo plazo.

A medida que las enzimas hepáticas llegan a niveles normales o incluso antes de eso, los médicos pueden agregar inmunosupresores de largo plazo para reducir o eventualmente detener el uso de esteroides. Los inmunosupresores de largo plazo comúnmente usados con la AIH incluyen la azatioprina (Imuran), 6-mercaptopurina (Purixan o Purinethol), e incluso micofenolato mofetilo (Cellcept).

Antes de iniciar el uso de la azatioprina, es recomendable hacerse un análisis de sangre TMPT para determinar si el paciente corre un raro riesgo de una cantidad reducida de glóbulos blancos asociados con la azatioprina o 6-mercaptopurina.

Es posible que hasta un 15% de los pacientes no puedan tolerar la azatioprina, generalmente debido a condiciones gastrointestinales. Para aproximadamente la mitad de los pacientes con estos síntomas, un cambio a la 6-mercaptopurina puede ser beneficioso.

La azatioprina ha sido muy levemente asociada con cánceres hematológicos como la leucemia mieloide aguda o los síndromes mielodisplásicos, pero los beneficios de este medicamento para el tratamiento de la AIH son para la mayoría de los pacientes más grandes que cualquier riesgo. Adicionalmente, tomar azatioprina presenta un riesgo adicional leve de generar cáncer de piel. Asegúrese de consultar con su dermatólogo o médico de atención primaria para realizar exámenes dermatológicos periódicos.

Muchos pacientes experimentan efectos secundarios ya sea de la enfermedad misma o los medicamentos usados para tratar la enfermedad. Conozca más sobre cómo es vivir con AIH.