Síntomas de la cirrosis

Conozca más sobre los síntomas y efectos secundarios de la cirrosis. Solo un pequeño porcentaje de pacientes con AIH desarrollan cirrosis y requieren un trasplante del hígado.

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Una función del hígado es limpiar y procesar la sangre intestinal. La sangre de los intestinos (conteniendo nutrientes, medicamentos, etc.) pasa por el hígado donde es procesada antes de volver al corazón. Cuando los pacientes desarrollan cirrosis, la presión del sistema puede aumentar y hacer que los pacientes corran el riesgo de presentar efectos secundarios de hipertensión portal.

Otros efectos secundarios de la cirrosis y la hipertensión portal resultante incluyen un aumento en el tamaño del bazo, bajo número de plaquetas, acumulación de fluido en el abdomen (ascitis), inflamación de las piernas, expansión de los vasos sanguíneos del esófago (varices esofágicas), y confusión relacionada a la eliminación deficiente de derivados digestivos (encefalopatía hepática). Los síntomas de la cirrosis típicamente son tratados independientemente de los de la AIH y requieren medicinas adicionales y posiblemente otros procedimientos.

Los pacientes con cirrosis no necesariamente tienen una mala función del hígado y puede que vivan con cirrosis por muchos años antes de exhibir indicios de que el hígado no está funcionando de manera óptima. La medida más importante de función hepática verdadera está basada en resultados de laboratorio que reflejan el estado del hígado, PT/INR y albúmina. Estos análisis son usados por dermatólogos para ayudar a determinar si usted puede ser candidato para un trasplante de hígado.